Mandril Xtreme: Crónica del Marathon du Montblanc 2016 de Miguel Ángel García.

Mi crónica del Marathon du Montblanc 2016 (Miguel Ángel García)

La carrera con casi 44 km y 2800 d+, la planteé dividiéndola en 5 partes. Las dos primeras hasta el km 17, discurrían por un bosque, junto a un rio, con cotinuos sube y baja. Las sensaciones en ese tramo no eran buenas, empecé a sudar mucho desde el principio, y me notaba las piernas cansadas. Empecé a preocuparme de sufrir una pájara, a pesar de saber que había llegado fuerte a este día. Las fotos lo dicen todo, la mala cara que llevaba.

Puesto 1034 en el km 9 y el 1013 en el 17. En este punto está el primer avituallamiento sólido. Como un poco de bizcocho y un trozo de chocolate negro, así como un gel. El paisaje se abre y empezamos a subir el Col de Possetes. Me empiezo a encontrar mejor al coger aire. El plan era empezar a meter ritmo en esta subida, donde creo que he progresado mucho en estos últimos meses. Despliego los bastones, pero al principio hay trenecito y me cuesta avanzar. Poco a poco se abre la pista y empiezo a adelantar. En el km 23, antes de coronar, ocupo el puesto 894. He adelantado a 119 en los 6 km de subida. Apenas pierdo tiempo en los avituallamientos, recargo líquidos y cojo algo de comida, la cual voy comiendo conforme ando un poquito. Al coronar, paro a hacerme la foto de rigor. Hay mucha niebla, y me pasa gente, por lo que prosigo.

La bajada está embarrada de la tormenta del día anterior. Hay muchos troncos de madera, que la convierten en una pista de patinaje. Decido ser conservador y no arriesgar, a pesar que con mis Mutant no tengo ningún susto. Me adelantan al principio unos cuantos, sin importarme. En la última parte del descenso voy mas lanzado y empiezo a recuperar terreno. Por cierto hoy apenas me molesta el dedo gordo del pie izquierdo (tengo un dolor crónico). Me va muy bien el terreno blando, mejor que el pedregoso.

Llego abajo al km 28, avituallamiento líquido, iba ya seco de bebida, paro a hacer un pis. Empieza el rockandroll. Según mi plan ahora es donde empezaba mi carrera y donde iba a meter caña. Fisicamente me encuentro muy bien, sin ninguna molestia. Temo padecer calambres, pero de momento nada de nada.

Paso el km 32 en el puesto 899 (he perdido un poco en el descenso). Segundo y último avituallamiento sólido, bocata salchichón, bizcocho con otro trozo de chocolate. Me llevo mas en la mochila y no pierdo mucho tiempo. Me he tomado hasta ese momento dos geles y no me apetece mas, a pesar de tener bien el estómago.

Lo que si tomo son sales cada hora y media. Siempre llevo una botella con agua y otra con electrolitos.

Ya a tope hasta el final. En el siguiente puerto ataco tirando de rodillas, sin bastones, como un poseso. Voy pasando corredores, los cuales se me quedan mirando. Me encuentro genial. La gente grita mi nombre, todo a reventar, sonando cencerros, bandas de música, un espectáculo. Me da mas moral aún. Los senderos tienen tramos peligrosos, con mucho barro y lleno de raíces aflorando. Sigo apretando.

Siguiente punto control sobre el km 38. Antes de me da tiempo de pasar por una cascada y hacerme foto rigor. Miro el móvil y me dice mi mujer que voy muy bien. No para de darme ánimos, y me crezco mas aún. Mi idea era hacer el recorrido en 8h – 8h 15´, y en el plan muy optimista hacer 7h 30´. Pero había recortado medía hora más al crono en la subida a Possetes, y a falta de 5.5 km estaba a 53 min de bajar de 7 h. Un sueño que no podía dejar escapar. En este km 38 era el 726. Acabada de adelantar a 173 personas en 6 km.

Apenas paro para rellenar los dos botellas, de nuevo vacías, y cojo más chocolate. Aprieto hasta el final. Sabía que había una cuesta dura a línea de meta, por lo que voy a tope pero guardando un último aliento. Paso por la zona más peligrosa con veredas y cortados al vacío. Cojo a un trenecito y me retiene, pero no me importa mucho ya que me permite recuperar algo de energía

Llegamos a una zona de pista ancha donde hay una gran subida y sigo apretando los dientes. Voy desatado con mirada asesina. Nadie me pasa desde hace un buen rato. Un pequeño tramo de bajada y de pronto veo la línea de meta en lo alto de una montaña 😱. Brutal durísimo llegar allí arriba.

Veía que se me podía esfumar el sueño de bajar de las 7 horas. Decido tirar y afrontar las criminales cuestas sin elevar la mirada, para nos agobiarme, me empiezo a sentir al límite, las pulsaciones se disparan y noto el ácido láctico en mi boca. Pero no aflojo. Sigo pasando gente.

La meta la tengo delante y cruzo con un tiempo oficial de 6:59:41. Puesto 704 general y 205 de mi categoría.

Lo conseguí. No puedo evitar echarme a llorar. 6 meses de duros entrenos en solitario se me vienen a la mente, así como la imagen de esa persona que era, sedentaria tumbada en un sofá hace dos años y medio. Increíble la emoción.